Documental: Un tigre de papel - Comentado por Gabrielle Esteban

Año: 2007
Director: Luis Ospina
País: Colombia
Duración: 112 minutos
Guión: Luis Ospina
Música: Guillermo Gaviria
Fotografía: Luis Ospina











3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. “Un tigre de papel: sobre fantasmas, rumores e historias en la vida de Pedro Manrique Figueroa”
    Por: Diana Elizabeth Castellanos Leal (Gabrielle Esteban)


    “La historia se genera a través de un rumor”
    Arturo Alape

    Un hombre nacido el 28 de diciembre de 1934, no puede ser más que una “inocentada” . Pues es así como Luís Ospina, director de “Un tigre de papel”, hace pasar a su protagonista, un excepcional hombre, artista y militante de la izquierda comunista, que durante cuatro décadas (1934 – 1981), y en diversos lugares de Europa y América Latina, vivió una parte de la historia de Colombia y del mundo. Este documental realizado en el año 2007, propone una manera creativa de contar múltiples sucesos en cinco etapas o fases, nombradas en “colores de años” y que son unidos precisamente por la historia, que está hecha de muchos rumores, y por muchas otras historias a la vez y que nos dan cuenta de quién fue Pedro Manrique Figueroa.

    La historia de este hombre fue construida polifónicamente y a través de anécdotas, chismes, sentimientos y emociones encontradas, por personalidades reconocidas en la escena cultural, artística y académica de Colombia. Es una red de entretenidas aventuras, hechos históricos, episodios “falsos” y otros tantos “verdaderos”, que nos permiten ir vislumbrando la genialidad de Pedro y la tragicomedia de estos años, tan virulentos en lo político (la “Gran Marcha”, el “Bogotazo”, etc.) y tan transformadores en los social (la Revolución Cubana). Luis Ospina nos permite ir encontrando, a través de Pedro Manrique Figueroa, que como personaje es más un fantasma que un hombre “real” y a pesar de ello, dejó tantos rastros de sí mismo en la memoria, y en el cruce de acontecimientos, que nos permite pensar en la historia que se cuenta del protagonista, como una parte de la propia historia de cada narrador, jugando precisamente al collage en el que Pedro era un virtuoso. Su obras, “La vaca sagrada”, “Un LLERISTA? Burguesito, burguesito”, “Papa no, pepa si” o “Confesión a Laura”, son las pruebas fehacientes de su existencia, pero son la pistas que nos hablan del vacío y de su ausencia. Es un personaje que hace historia, que es una historia “falsa” a partir de la “Historia”, que nadie, y ese es el mensaje del autor, nos asegura sea la “verdadera”.

    El documental, construido precisamente de los recuerdos que cada narrador tiene de un tal “Pedro”, y que se basa en el rumor, y en la versión subjetiva y transfigurada por “boca a boca”, y que nos muestra una Historia, tan inverosímil, como las mismas aventuras del protagonista. A partir de la burla, Luis Ospina se permite criticar la “Historia”, pero también enunciarla, verbalizarla a través de un hombre “falso”, que le permite decir más que lo que la misma “Historia” tiene escrita.

    Pedro Manrique Figueroa, un hombre nacido en una lejana Choachí, que viajó por el mundo y vio, todo lo que un ser humano tenía que ver durante esas cuatro décadas, es el hilo conductor para contar la historia de la ilusión y de la catástrofe de artistas, políticxs y académicxs, no sólo colombianxs, sino de la América Latina en general. Él es la apuesta de Luis Ospina, para traer a colación la relación entre el cine de “ficción” y la “memoria”, en dónde demuestra con destreza que cada quién recuerda de una manera o de diferentes formas, convirtiendo un acontecimiento en muchos otros y que no es posible separar la “ficción” de lo “real”, como un binario necesario e intrincable, sino que más bien, ambas son tan necesarias, porque mutuamente se dan vida, vida, como la que tuvo, nuestro Pedro, al final todo un collage.

    ResponderEliminar
  3. “Un tigre de papel”, en efecto es lo que terminó siendo la izquierda, al más mínimo contacto con el agua se desvaneció. La película muestra la vida de Pedro Manrique Figueroa, un hombre que como muchos en Colombia durante los años 60 y 70 terminó siendo seducido por una izquierda que prometía ser la única salida a las represiones de la derecha, fuente de injusticia y desigualdad social. Como enuncia Diana Gabrielle, un ser tan ficticio como real, la concatenación de relatos de los principales artistas de Colombia conducen a hilar una historia que más que ficticia diría yo es la de cada uno de esos personajes quienes le apostaron a una lucha que al final fue perdida y que como Pedro terminaron siendo un collage de experiencias, de sueños y de decepciones.

    Me sorprendió ver a muchos de los grandes artistas colombianos, incluyendo pintores, actores y cineastas rememorando sus épocas de gloria, de lucha, de protestas y de sueños. Pedro Manrique es un personaje que parece real al principio de la película, pero a medida que transcurre el filme parecen cada vez más inverosímiles sus aventuras, dando más pistas acerca de su inexistencia. No obstante, estas historias irreverentes y verídicas, me remitieron a varios sucesos de la historia de Colombia y del mundo, y me hicieron pensar en la utopía a la que le apostaron estos personajes, la cual les permitió crear y soñar con ser libres.

    En efecto como dice Diana Gabrielle, la ficción es el artificio que utiliza Ospina para conducirnos por una historia de ensueño que termina siendo una farsa, como lo fue la izquierda en Colombia. Hoy en día la izquierda está devaluada, por un lado se encuentra la guerrilla, actualmente tan corrupta como los políticos tradicionales, un partido desacreditado (Polo Democrático Alternativo) especialmente por los escándalos de corrupción y por unos pocos mamertos que no renuncian a un sueño deshecho. Con esto no quiero decir que deba morir la izquierda, simplemente tiene que repensarse y ser en efecto una fuerza de oposición y crítica, no un hilo más de enredos y movimientos turbios.

    Regresando a “Un tigre de Papel”, la memoria en este docu-ficción en efecto es un collage en la voz de quienes vivieron parte de la historia de Colombia y que hoy se burlan de la utopía y de sus vivencias que confluyen en un símbolo encontrado en la figura de Pedro Manrique Firgueroa.

    ResponderEliminar