Documental: Santiago - Comentado por: Ángela Urrea

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Santiago (Uma reflexão sobre o material bruto)

Director: João Moreira Salles
Duración: 80 minutos
Brasil, 2006


Después de 13 años, Moreira Salles retoma el proyecto que comenzó en 1992: un documental sobre Santiago, el mayordomo de su familia durante 30 años en la casa de Gávea en Río de Janeiro, Brasil. En blanco/negro, con 5 días de grabación y 9 horas de filmación, con planos de hojas mecanografiadas filmadas durante 3 días, con escenas sueltas y mediante la voz en off, el director vuelve sobre el material bruto.

Santiago es un personaje extraordinario. De ascendencia italiana, creció con sus abuelos en el campo argentino, entre oraciones en latín y canciones en piamontés; fanático del boxeo y de la ‘historia de los grandes hombres’. Durante más de 40 años, en su máquina de escribir Remington, recopiló 30.000 hojas con historias de la nobleza de Etiopía, de la India, de Suiza, la nobleza hitita, gibelina y romana, la dinastía de Ur y las orientales, la historia eclesiástica de santos, obispos y arzobispos, de los antipapas, de los manchurianos, de los Borgia, de los Médicis: 30.000 hojas y 6.000 años de aristocracia universal.

Voz en off: “Santiago pasó su vida luchando para que sus personajes no sean olvidados. Prácticamente era una batalla perdida. Él lo sabía. El número abrumador de historias y personajes termina traicionando el intento de preservarlos, pero no todo está perdido. Santiago me dejó los restos de miles de historias”

Pero el documental no es sólo sobre Santiago. Es la reflexión sobre una película que no se terminó en 1992 y que se retomó en 2005. João Moreira Salles (voz en off) nos narra los pensamientos que cruzan por su cabeza en el 2005 al ver su material bruto, al volver sobre el guión que había construido 13 años atrás, al revisar las escenas grabadas, al ver a Santiago en la pantalla. Es un documental reflexivo en tanto el director nos expresa sus inquietudes por cuestiones inherentes a la representación, deconstruye su guión de 1992, se cuestiona a sí mismo, sus filmaciones, la manera de dirigir a su personaje, sus presunciones y expectativas sobre el documental en sí mismo (Nichols 2010).

Voz en off: “Hace trece años cuando filmé estas imágenes, pensé que la película comenzaría así. Primero una melodía triste; no ésta, que no escuché hasta más tarde, pero algo parecido. Luego, un deslizamiento hacia tres fotografías… Mis ideas parecían buenas en el papel, pero no funcionaban en el estudio de edición. Fue la única película que no terminé… Durante 13 años no toqué estas imágenes. En Agosto de 2005 decidí intentar de nuevo”

La memoria y los relatos que Santiago construye son aquellos que Moreira Salles le permite contar: “Cementerios, háblenos de ellos”; “Hágalo otra vez, así. No me mire”; “Rápido, cuente la historia sobre el embalsamador, el diariero que preguntó quiénes éramos”.  Lo anterior nos enfrenta con una cuestión crucial que plantea el documental en su desarrollo: la relación del documentalista con su personaje. Es Santiago quien habla de su niñez, quien recuerda las fiestas y cenas con personajes importantes en la casa de Gávea, quien revive a los aristócratas muertos con sus transcripciones; pero detrás siempre está João, reconstruyendo la historia que quiere oír.

Voz en off: “Werner Herzog dice que la belleza de una toma, a menudo, está fuera del guión, y sucede de casualidad antes o después de la acción. La espera, el tiempo muerto, los momentos en que casi nada pasa. De estos vestigios, tal vez el más revelador es lo que se dice a un personaje antes de la acción y que por siempre será el secreto de la película”

Una mirada crítica sobre su material bruto, con la distancia que proporcionan 13 años y la experiencia, le permite a Moreira Salles salirse de esta historia que pretendía reconstruir en 1992, destruirla para construir una reflexión sobre la realización de este documental y sobre su propia práctica documentalista, y entender las razones por las cuales no logró culminar este proyecto en 1992.  

Voz en off: “No hay tomas de cerca en esta película, ningún acercamiento a su cara. Siempre esta distante. Veo que esta distancia no era una casualidad. Mientras editaba, comprendí lo que ahora parece evidente. El modo en que hice las entrevistas me alejó de él. Desde el principio, había una insuperable ambigüedad, que explicaba la vergüenza de Santiago. No era sólo mi personaje, y yo no era sólo un documentalista. Nunca, en los 5 días de filmación, dejé de ser el hijo del dueño de la casa y él nunca dejó de ser el mayordomo”

Bibliografía
Nichols, Bill, Introduction to documentary, segunda edición, Indiana University Press, Bloomington, 2010, pp. 142-171.

1 comentario:

  1. En el documental reflexivo de Santiago puedo ver dos niveles de memoria claros, el primero él del director João Moreira Salles que después de 13 años de revisar el material que filmo de “Santiago” el mayordomo de su infancia, se encuentra y se cuestiona sobre sí mismo. Sobre la elección de posicionamiento ante su personaje, ante las tomas que realizó, ante el proceso, pero también ante sí mismo lo que “quería” antes y lo que “veía” ahora este análisis de material bruto, que si hubiera sido terminado en el 92 no tendría tanto valor como el que se le encuentra en la actualidad. Porque João Moreira muestra en el documental final un respeto a su personaje y cuestiona las órdenes que le diera hace 13 años. Desde ahí el director construye su memoria, sobre el material filmado hace 13 años, sobre su infancia en la casa, sobre el como hombre que sale de su hogar en 1982 y sobre él como documentalista en la actualidad.
    Por otro lado tenemos la “memoria prodigiosa” de Santiago un personaje fascinante que vive en el pasado escribiendo más de tres mil páginas sobre realezas de todo el mundo desde Rusia hasta Hollywood con una meticulosidad impresionante, detalles únicos que crean en el un aura especial que como espectadores tratamos de entrar más en su historia pero no es permitida por la distancia de las tomas que muestran su “inferioridad jerárquica” en la película, su distancia, siempre está recibiendo ordenes, callado por él director cuando quiere expresar algo que para él es importante, por ejemplo “yo pertenezco a un grupo de seres malditos” nunca le preguntaron qué historia quería contar de su vida, le impusieron que parte de su vida contar.
    Este documental es un ejemplo sobre la importancia del proceso de preproducción y rodaje de entender que relación desea tener el documentalista con su personaje y la importancia de la voz del otro. La única forma de darle la voz a Santiago fue el mismo director diciendo cuantas veces lo calló.

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